lo que empieza bien, acaba mejor
Ayer tuve el privilegio de participar en una reunión de kick-off de un proyecto de nuestra compañía, organizado por el cliente.
A primera hora de la mañana nos desplazamos con todo el equipo que participará en el proyecto a las oficinas del cliente en Vilafranca del Penedés. Una vez allí cada uno de los participantes a la reunión explicó su rol y su responsabilidad en el proyecto (yo iba de espectador, pero prometí que aportaría toda mi experiencia), se definieron los objetivos principales y se estableció una lista de actividades y calendario aproximado para cumplir con los objetivos temporales del cliente.
Este tipo de reuniones es del todo habitual, aunque normalmente la participación por nuestra parte se limita al director del proyecto sin llegar a llevar todo el equipo. Pero así lo quiso nuestro cliente, ya que a continuación nos había preparado una serie de actividades para conocer la historia de la compañía y entrar más en contexto con los productos, para acabar haciendo una comida de team-building entre todos los participantes de «los 2 bandos».
Así que nos desplazamos al centro de visitas, en el cual asistimos a la proyección de un vídeo corporativo para conocer más de cerca la historia de la compañía, y participar en una sesión multisensorial en la cual sonidos, imágenes y olores nos acercaron al producto y a su relación con la natura. acabamos la mañana con una visita a las instalaciones para conocer más de cerca el proceso de fabricación y distribución.
Al final de la visita el cliente nos llevó a un restaurante privado en el cual, de una forma muy distendida e informal pudimos conversar, compartiendo ideas acercándonos más aun a la cultura del producto.
Por la tarde, algunos integrantes del equipo de trabajo siguieron la sesión con una reunión más específica de imagen corporativa.
Lamentablemente no os puedo dar más detalles, pero os aseguro que fue una experiencia inolvidable. Nos permitió llegar a tocar los productos, olerlos y percibir la pasión y la dedicación con la que desde hace más de 140 años esta familia de emprendedores catalanes se dedican a este arte.
Volviendo en el coche, el silencio. El silencio de quienes han vivido una experiencia que en sus mentes todavía no ha acabado.
Mi querido Marco, es siempre sorprendente la capacidad que tienes de cautivar a los que intentamos seguirte en este mundo de la Blogcosa. No si por mi trabajo, he desarrollado mucho el sentido de la sensibilidad hacia los detalles, es facil de comprender que experiencias como esta impacten en personas no acostumbradas a estos menester.
Lo realmente impresionante es que, a un profesional como tu habituado a ser quien dirige las relaciones con los clientes, sea quien quede impactado con todos los detalles que has relatado.
No me cansare nunca de repetir LA GRAN PERSONA QUE ERES.
Desde Granada Un Saludo con Sinceridad.
Bere Casillas
junio 9, 2009 at 8:59 am
Tu si que eres una gran persona, querido amigo!!
La razón por la que dedicamos tiempo a la Blogcosa es que hay personas como tu con las que es un placer compartir información, experiencias, curiosidades y todo lo que encontramos cada día en nuestro camino.
Gracias!!
mcimino
junio 9, 2009 at 9:17 am
Una experiencia con todas las modalidades sensoriales de las que habla la PNL: Visual, Auditivo y Cinestésico (oler, tocar, desplazarse).
Las cosas funcionan cuando se hacen bien…
mertxepasamontes
junio 9, 2009 at 9:05 am
wow q envidia Marco, da gusto ver que aún hay empresas que cuidan la relación con sus proveedores, y no todo es exprimirles en el precio, entregas y demás.
Felicidades.
pd: para la próxima pide que te dejen escojer una selección de tus followers :-p
Jordi
junio 9, 2009 at 9:41 am
🙂 eso está echo!!
Quiero pensar que el mercado está cambiando. ya no hay clientes y proveedores, hay colaboradores que trabajan en un proyecto común, con objetivos comunes… somos un equipo, una tribu!!
mcimino
junio 9, 2009 at 9:45 am
Una muy buena experiencia y muy bien contada, enhorabuena. Se ve que el cliente tiene ganas de que el proyecto salga realmente bien y se lo toma en serio. Esa «pérdida de tiempo» se convierte en la mejor inversión porque, con frecuencia, se pierde de verdad el tiempo tratando de conocer al cliente y adivinar qué es lo que quiere/necesita. Quizá debemos ser más exigentes en ese briefing inicial o comoqueramosllamarlo.
Un fuerte abrazo, Iñaki
ikyalmayer
junio 9, 2009 at 12:09 pm
Gracias, Iñaki!
mcimino
junio 9, 2009 at 12:12 pm