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Off Topic: «algú us ho havia de dir!!!!!»
Como en este blog hay espacio también para Reflexiones Personales (eso sí, rigurosamente 2.0), he decidido romper el silencio de las últimas semanas con un tema Off Topic (nunca mejor dichoc 🙂 ). A honor de la verdad, ni siquiera es una reflexión mía, sino un email que me envía un amigo, con el objetivo de que reflexionemos sobre algo tan obvio como la educación; el rol del personal docente de nuestro sistema educativo, la importancia de su papel, más allá de la enseñanza.
Y digo tan obvio porqué a muchas personas, yo el primero, cuando pensamos en nuestro sistema educativo no se nos ocurre llamarlo «sistema de enseñanza». Porqué en el fondo, por mucho que nos empeñemos a convencernos que el rol de la escuela es «enseñar» y que la educación la hacemos los padres, nuestro proprio subconsciente nos está diciendo «chaval, vamos mal. es que no te das cuenta que aunque no lo quieras admitir esos acaban educando a tus hijos?!?!» .. y aquí es cuando hay que reconocer que para enseñar se necesita mucha preparación, mientras que para educar hay que tener pasión, vocación, paciencia, humildad y esperanza.
Recortes al sistema educativo para intentar salir de la crisis? Pan para hoy, hambre para mañana!
Topic , gracias!
…..Ara que ser funcionari/professor no te gaire valor o millor dit ara que nomes som moneda de canvi i de satisfaccio per aquells que somiaven que un dia ens retallarien el sou perque la nostra feina estava massa ben remunerada, us envio un video xulu que us pot ajudar a reflexionar i espero i desitjo que us faci aparèixer a la vostra memòria algun dels professors que us han deixat pòsit no tant pels seus coneixements sino pels valors personals transmesos. Quant val transmetre valors? Perque paguem classes particulars als nostres fills de coneixements, però no fem classes de valors?
no ploreu, passeu el missatge a tothom i que cadascú aquesta nit, en silenci, pensi…gràcies professor…. Aquest gest compensarà amb escreix les retallades que hem patit i patirem i ens reconfortarà en pensar que el treball que fem cada dia amb nens, nois i adults, formant-nos junts en l’educació i l’aprenenttge no ens farà rics però ens farà sentir-nos útils a la societat.
perdoneu pel rotllo però «algú us ho havia de dir!!!!!»
Ricomincio da 3 (empezando de 3)
[tweetmeme source=”mcimino” only_single=false]Los primeros días del año suelen destinarse a repasar la lista de buenos propósitos para el año nuevo. Dejar de fumar para algunos, el coche nuevo para otros, pedirle el aumento al jefe para muchos y asegurar el volumen de negocio suficiente para los directores comerciales de las compañías.
En momentos de crisis (si, he dicho «crisis» y no «lentitud del mercado» «prudencia» u otros términos que pretenden suavizar el momento económico actual) la supervivencia de las empresas pasa por asegurar un volumen de ventas suficiente, más allá de intentar simplemente reducir los costes y aguantar hasta que lleguen tiempos mejores.
Debemos forzosamente mejorar nuestras ventas si queremos asegurar el futuro de la compañía, buscando nuevas formulas, reinventado nuestro modelo de negocio y adaptándonos al los cambios del mercado de la forma más ágil y natural posible.
Es evidente que seguir vendiendo los mismos productos a los mismos clientes, utilizando los mismos canales no parece una técnica muy eficaz. De hecho la técnica que deberíamos evitar es seguir haciendo lo mismo bajando los precios de nuestros productos y servicios.
Hay que reinventarse. Debemos cambiar nuestro modelo de negocio, adaptándolo a la coyuntura actual de mercado, mejorando nuestros productos y servicios, abriendo nuevos canales, siendo más ágiles, llegando a una parte más significativa del mercado y estudiando los pasos de nuestra competencia para evitar ceder parte de nuestra cuota e intentando absorber parte de sus clientes.
Es evidente, hay que cambiar. Pero existen 3 cosas que no deberíamos a mi parecer cambiar nunca en nuestra empresa.
Fidelizar nuestros clientes
Algunas veces la necesidad de ampliar nuestro mercado nos hace perder de vista nuestro mayor «activo»: los clientes de la compañía. No es necesario que os transmita lo difícil que resulta en momentos de crisis el adquirir un cliente nuevo. Esto multiplica el valor de nuestros clientes actuales y multiplica el efecto «boca oreja» que pueden generar. No perdamos de vista nuestros clientes y estudiemos las mejores formulas para fidelizarles.
Escuchar al mercado
El proceso de «reinvención» de nuestro modelo de negocio debe forzosamente tener en cuenta las necesidades del mercado. Y una de las formulas más eficaces para saber lo que necesita el mercado es… preguntárselo directamente. No seamos prepotentes, suponiendo lo que es lo mejor para nuestros clientes, y no nos dejemos llevar por nuestra «solvencia contrastada» y por nuestro «conocimiento total y absoluto» del producto. Los clientes cambian y con ellos cambian sus necesidades. Escuchemos lo que nos tengan que decir, por «doloroso» que nos parezca y aprovechemos la posibilidad de mejorar nuestros productos, servicios y procesos para adaptarnos a sus necesidades. Las mejores innovaciones son aquellas que funcionan (simple, no?). No importa quién se ponga la medalla, lo importante que estemos aquí para explicarlo.
Cambiemos nuestra organización
Un cambio de nuestro modelo de negocio pasa por aceptar que posiblemente tengamos que adaptar nuestra organización. No limitémonos a lo superficial, a nuestra relación con los clientes o a nuestro porfolio de productos y servicios. Un cambio de modelo no es una acción puramente estética o de marketing. Puede que sea necesaria una reorganización de nuestra compañía para ofrecer un mejor servicio. Puede que tengamos que adaptarnos para ofrecer un precio más bajo. El hecho de que llevemos 20 años haciendo las cosas de una determinada manera no implica que sea la mejor manera de hacerlo en el contexto actual. Tengamos en cuenta este punto.
O sea que, no teniendo más remedio que volver a empezar.. yo empiezo de 3! Buenas ventas a todos!!
Madre mía, el lío en el que me voy a meter..
Si, ya se que me voy a meter en un terreno peligroso, con el riesgo de que me etiqueten de visionario (en el peor de los sentidos), charlatán, hipócrita, simplista, filósofo de pacotilla, egocéntrico, falso guru y todo lo peor que se pueda uno esperar.. pero lo voy a hacer igualmente.
Os voy a hablar, desde la experiencia de los sentimientos, de la necesidad de adaptarnos a las circunstancias, a la importancia de desarrollar nuestra propia capacidad de adaptación a los cambios. Nuestra «resiliencia«.
Todo nació hace unos días, en la playa. Compartíamos reflexiones con una amiga, Esther, que nos comentaba de la posibilidad de dar un giro radical a su vida (y a la vida de su familia), trasladándose al extranjero para una experiencia profesional. Y en concreto de cómo esta posibilidad se vivía desde distintos miembros de la familia, con enfoques diferentes y contrastantes. En un momento económico y social como el actual, resulta no solo bueno sino incluso necesario que en todo momento nos replanteemos nuestras vidas, nuestros roles. Que en todo momento intentemos reinventarnos, a nivel personal y profesional, para garantizar nuestra supervivencia, en búsqueda de la «felicidad». El ejemplo que nos planteaba Esther es un ejemplo claro de reinvención…. r-evolución. Saberse adaptar al momento. Mudarse a la otra parte del mundo y volver a empezar.
Por un lado, un cambio tan radical (como el trasladar nuestra vida a 15.000km de distancia) es una forma perfecta de volver a empezar. Si nos encontramos en la necesidad de realizar cambios importantes en nuestra vida, siempre estaremos condicionados por nuestro propio entorno. Desde los amigos, la propia familia, nuestros hábitos, incluyendo nuestra comodidad o nivel de vida que hayamos alcanzado hasta el momento. En definitiva nuestra estabilidad. Lo que en condiciones normales consideramos una ventaja, nuestra posición social en definitiva, se convierte en un freno a la hora de plantearnos cambios radicales. El cambiar nuestro entorno facilita de alguna manera el que podamos incluso renunciar a todo lo que estamos acostumbrados, dándonos la posibilidad de concentrarnos en lo que realmente importa. A 15.000km de distancia, volviendo a empezar, todo podría ser diferente incluso con una cierta facilidad.
Por otra parte la resistencia al cambio. Dejar parte o la totalidad de nuestras «certezas» como la familia, los amigos, la tierra, el entorno, el trabajo, aquel jefe que nos amarga pero al mismo tiempo nos sirve de referencia. Todos estos son elementos de estabilidad que en un momento de grandes cambios pueden resultar inhibidores de nuestras decisiones. El proceso de cambio es un proceso obligatorio en nuestras vidas. Tanto el lo personal como en lo profesional debemos cuestionarnos constantemente para intentar mejorar nuestra situación y mejorarnos como personas, en lo individual y en lo social. Y cambiar siempre supone dejar algo a tras, algo que a veces nos duele (y por lo tanto el dejarlo atrás se supone una mejora) pero otras veces es algo que queremos, que estimamos y por lo tanto el dejarlo atrás nos va a suponer esfuerzo y un dolor inevitable.
Y si no tuviésemos ninguna alternativa? Y si estuviésemos obligados a cambiar nuestra vida? No vivamos el cambio como una obligación, más bien como una escapatoria. Saber asumir que hay que cambiar como una parte natural de nuestro proceso vital nos ayuda a asumir que en determinados momentos es necesario pasar por fases de cambio (y posiblemente de dolor) para poder mejorar y mejorarnos. Quien no es capaz de asumir esto quedará estancado en su posición, sin posibilidad de adaptarse a un mundo cada día distinto.
Retomaba en estos días «la buena crisis» de Alex Rovira, un libro que justamente habla de esto, del cambio, del dolor y de como reinventarse a uno mismo. Reinventarse para sobrevivir. Y paralelamente (gracias a mi amiga Esther) me emocionaba con la historia de Randy Pausch (explicada en su Last Lecture en la Universidad de Carnegie Mellon). La tremenda historia de un profesor universitario al cual diagnosticaron un cáncer de páncreas, que dedicó su última clase magistral en la universidad a explicar cómo conseguir los sueños que cada uno de nosotros tenemos de niños.
Bueno, y dicho todo esto.. finalmente llego a las mismas conclusiones, y esto me tranquiliza porqué significa que no iba mal encaminado.Y las quiero compartir con vosotros.
Diseña tus propios sueños. Más allá de los típicos sueños de niños, que para algunos son sueños de verdad (ser bombero, astronauta, etc), no dejes de soñar y no dejes de definir que quieres ser cuando seas mayor.
Lucha por ellos. No dejes que se queden simplemente en sueños. No te conformes con lo que tienes, sino no descanses hasta mejorarlo. Ten en cuenta que los sueños fáciles de conseguir no existen, los ingredientes siempre son los mismos: Pasión, Perseverancia, Esfuerzo, Humildad. La pasión es la gasolina que te permite aguantar el recorrido, la perseverancia te ayuda a superar las dificultades, el esfuerzo es el precio que hay que pagar para la recompensa final y la humildad es lo que nos permite aprender de nuestros errores y volver a comenzar para alcanzar nuestro sueño.
Disfruta. Lo importante no es llegar, sino el camino. Si eres consciente de ello, podrás disfrutar cada día de los que estas haciendo, sin importar el esfuerzo necesario y superando los obstáculos que seguramente encontrarás por el camino. Si disfrutas de los que estás haciendo estarás contento hasta en los momentos más difíciles; y tu alegría se contagiará a las personas que están a tu lado, mejorandoles su confianza, autoestima y aptitud general.
Comparte. No pretendas hacer el camino solo. Somos animales sociales, necesitamos a los demás para compartir, aprender, ayudar y ayudarnos. Cuando intentamos mejorarnos deberíamos dedicar nuestro tiempo también a mejorar los demás. No podemos pensar únicamente en nosotros, en lo individual. Lo social, lo colectivo también necesita cambiar, evolucionar, mejorar sino ….
Aprende. El ejercicio del aprendizaje es un ejercicio continuo. Nunca des por descontado nada, nunca creas que no hay otra forma de hacer las cosas. Nunca te rindas delante de una evidencia. Descubre, investiga, aprende, equivocate. Es parte del juego. Equivocarse nos ayuda a mejorar y alcanzar nuestros sueños. Quien no se equivoca no decide nada en su vida, simplemente asume pasivamente los acontecimientos.
Juega. Cuando somos niños reunimos todos los elementos anteriores. Tenemos sueños, luchamos por ellos, somo curiosos, queremos aprender… Juega, es la mejor manera de seguir niño.
Nada más, simplemente necesitaba compartirlo. Gracias por escucharme.
Crisis: ¿donde están las oportunidades?
Mientras sigo alucinando con mi UBUNTU 🙂 y llegando cerca del cierre de trimestre (el concepto de cierre para cualquier responsable comercial es una pesadilla), quiero sacar alguna conclusión respeto a la crisis en el sector IT y las posibles oportunidades que están empezando a detectarse en el mercado.
Para los grandes fabricantes de software (IBM, Oracle, SAP, etc..) se está manifestando un escenario curioso: si bien la capacidad del mercado para absorber a nuevos productos está bajando ligeramente respeto al año pasado, hay una tendencia a la concentración provocada por un lado a la desaparición de alguna marca (por debilidad financiera o por adquisición por parte de la competencia más fuerte) y por el otro por el efecto “confianza” del propio mercado, ya que los clientes utilizan la solvencia del fabricante como elemento diferencial a la hora de decidir.
Este efecto concentración provoca en definitiva que es “pastel” sea más reducido pero lo sea también el número de players que concurren a la repartición. Para IBM, Oracle y unos cuantos más es una gran oportunidad para incrementar sus volúmenes de negocio en un momento de crisis como el actual.
Para las empresas de servicios que se dedican a la implantación de soluciones (integradores, consultoras, implantadores, etc.), es difícil identificar un camino único hacia el éxito (o el fracaso). Los modelos de negocio siguen siendo variados y el tamaño de la empresa a veces condiciona el modelo a adoptar.
Las empresas que se dedican a volumen (grandes integradores, consultoras, etc.) están experimentando en los últimos años una bajada del margen. El mercado del outsourcing sigue funcionando pero exige cada año precios más agresivos que no compensan la demanda de mayor expertise por efecto de la creciente complejidad de las arquitecturas a gestionar.
Estas empresas se encuentran cada día con más frecuencia la necesidad de especializar sus recursos y la contrapartida es que el cliente ofrece es una tarifa cada vez más baja. Solución: diferenciar. Entrar en el mercado de los proyectos “llaves en mano” para compensar la pérdida de margen y especializar sus recursos.
Las empresas focalizadas en un producto o una tecnología, normalmente de tamaño más reducido respeto a los grandes integradores, están empezando a notar las incursiones de las empresas de volumen que abordan sectores de mercado nuevos y clientes de tamaño más pequeño.
En este caso estamos asistiendo a ofertas muy agresivas en precio y condiciones, proyectos “llaves en mano” muy baratos justificados por un mantenimiento evolutivo implícito demasiado elevado.
Es bastante habitual que a la firma de un contrato por parte de una empresa no especializada siga la búsqueda de los perfiles necesarios a la ejecución del proyecto en Infojobs o canales similares. Sin comentarios!
En esta fase el mercado todavía acepta estas incursiones por parte de empresas oportunistas y difícilmente los clientes tienen la capacidad de valorar el TCO de un proyecto, teniendo en cuenta también el coste que tiene el riesgo de la poca calidad ofrecida por empresas muy poco especializadas. Estamos en un mercado en el cual el precio sigue siendo el primer elemento de decisión de los clientes, y la coyuntura económica no ayuda.
Es probable que el mercado antes o después se mentalice que no hay que “apostar por el precio a cualquier coste” , pero mientras tanto la oportunidad de las empresas medianas y especializadas en un producto o sector está básicamente en la optimización (convierto mi experiencia en menor coste a la hora de realizar proyectos) y en proveer valor adicional a los clientes a través de soluciones sectoriales o horizontales.
A estos elementos hay que añadir evidentemente la apuesta por la calidad. Trabajar bien, a un coste correcto y aportando valor a los clientes es la formula que ayudará a las empresas de tamaño mediano a superar la crisis, ampliando su portfolio de clientes y fidelizando los clientes actuales.