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SabadellAtlántico: crónica de la pérdida de un cliente (epílogo)
Ya he hablado ampliamente de la frustración, la rabia, la impotencia, la desilusión, la desconfianza, la vergüenza por las que mi “relación de 19 años” con BancoSabadell ha tenido que pasar, a raíz de la subrogación frustrada de una hipoteca. (y posteriores segundo y tercer episodios del “culebrón” que, en clave humorística, hemos llamado “crónica de la pérdida de un cliente”.)
Bien; para introducir este último post (una vez conseguido el objetivo de perder el cliente, ya no tendría sentido continuar hablando sobre el tema) añado el último acontecimiento sobre el tema.
El pasado viernes me llamó el director de la oficina de BancoSabadell comentándome las posibles alternativas para resolver el “malentendido”, reconociendo el error por parte del banco.
1) Ofrecerme la hipoteca a las condiciones inicialmente ofrecidas y posteriormente “rectificadas”(obviamente en beneficio del banco) porqué el empleado que me las ofreció se había equivocado
2) Devolverme el dinero de los gastos incurridos (notaría, gestoría) hasta el momento por no haberse finalmente firmado la hipoteca
También cabe decir que el director me dijo que me enviaría por email las 2 alternativas, cosa que hasta el momento no se ha producido (viva la agilidad!).
Evidentemente no habrá trato! Este no es precisamente lo que yo entiendo por “fidelización del cliente”.
Retomando el tema central del post, quiero reflexionar acerca de la mentira.
La mentira de una entidad (lamentablemente no la única) que pretende trasmitir innovación y acercamiento a sus clientes a través del uso de las redes sociales, como apareció recientemente en algunos medios, pero que sigue actuando según los mecanismos que desde siempre han caracterizado uno de los sectores más “obscuros” de la economía. La banca.
Celebro que BancoSabadell esté atendiendo a sus clientes a través de twitter. Me parece genial el hecho de que, tal como leímos hace 10 años en el Manifiesto Cluetrain, estén utilizando un trato personalizado y humano (dando nombre y apellidos a las personas que postean en twitter) para conversar con el mercado. Es estupendo que exista un Community Manager que trabaje desde dentro la entidad para apoyar a las incidencias con los clientes.
Pero en el fondo no dejan de ser acciones de cara al exterior que, con los hechos, demuestran no fundamentarse en una estrategia y voluntad real de enfocar la relación con el cliente de una forma distinta.
Innovación? Conversación? De nada sirve utilizar herramientas innovadoras si la estrategia sigue siendo la misma; no hay innovación en el “Status Quo” de una entidad bancaria que sigue actuando como siempre, con sus camisas blancas y corbata de rayas detrás de las cuales se esconde un corazón gris.
Señor Community Manager; no hay “tribu” si no hay, desde la dirección, voluntad de que la haya. Todo es mentira, una gran mentira. Y el Community Manager, sin darse cuenta y sin ser responsable, es parte del juego; un juego de ilusión del departamento de marketing que cree que a las personas les siguen hipnotizando las piedrecitas de colores.
Por mi parte, con la misma tristeza que tenía cuando de pequeño miraba los dibujos de Marco buscando a su mamá, no me queda nada más que lo que Xavier me indicó en su comentario a mi anterior post. Casi un gris presagio a lo que todos sabíamos que iba a pasar.
Escoger. La elección es mi opción, elegir otro banco que base su estrategia en la relación con el cliente en lugar que en las modas y la “falsa innovación”.
Written by Marco Cimino
enero 25, 2010 at 2:03 pm
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SabadellAtlántico: crónica de la pérdida de un cliente (3º episodio)
Continúa nuestro curso práctico para entidades bancarias, en el cual aprendemos cómo SabadellAtlántico se esfuerza hasta lo impensable para conseguir un logro inusual: perder a un cliente después de una relación de 19 años.
Tal como explicamos ampliamente en el comienzo de la historia y en el segundo episodio, todo se resume en un coctel explosivo de «letra pequeña», «no te preocupes», «ya te lo arreglaré», «no te lo puedo poner por escrito pero confía», todos elementos absolutamente necesarios para empezar a minar una relación que se lleva aguantando tanto tiempo.
Hay que tener en cuenta que nos tendremos que esforzar mucho, ya que un cliente que lleva con nosotros 19 años o está loco o ha llegado a un nivel de comodidad tal que será muy difícil desubicarle. Pero lo conseguiremos, veréis que no es tan difícil.
La tercera fase de nuestro plan se basará en el silencio: es absolutamente fundamental, para conseguir que nuestro cliente se cabree, que mantengamos un silencio absoluto, es más, que ignoremos total y absolutamente a nuestro cliente.
¿Cómo? Simple! Lo primero que hay que hacer es evitar contestar a sus emails. Si nuestro cliente nos solicita a través de email el abono de los gastos ocasionados por la formalización de la hipoteca que finalmente (gracias a la letra pequeña) no se ha podido formalizar, nosotros nada de nada. Ni caso!
Si el cliente vuelve a enviar el mail 2 y 3 veces, tenemos que tener la sangre fría suficiente para seguir ignorándole. Una y otra vez.
Una variante respeto a esta técnica, normalmente aplicada en los países anglosajones, consiste en llamar al cliente o bien enviarles mails para consultarles cosas beneficiosas para el banco, como por ejemplo la ampliación de un contrato de renting de un coche o la contratación de otro producto.
Esta técnica, que requiere mucha sangre fría, nos permite incrementar el nivel de cabreo de nuestro cliente, generando una reacción bastante natural, conocida como: “cuando les interesa sí que me llaman estos *******”
Este silencio (más bien indiferencia) deberá mantenerse por un período mínimo de 30 días. Este, según estudios de sociología, es el tiempo que cualquier individuo está dispuesto a esperar para dar una segunda oportunidad.
Paralelamente, si tenemos la posibilidad, recurriremos al uso de las redes sociales para reforzar nuestra estrategia y magnificar los efectos: Twitter.
Si tenemos la suerte que nuestro cliente utiliza normalmente la red de microblogging Twitter, será suficiente (para amplificar el cabreo y la sensación de abandono por parte del cliente) que nuestro community manager proceda a “desfollowear” al individuo a raíz de sus “absurdas pataletas” o “actividad subversiva” en la red.
De esta forma pondremos en la práctica a unos de los elementos fundamentales del marketing 2.0 (y de la buena educación): si no te gusta lo que están diciendo de ti (o de tu marca), tapate las orejas y tira millas!
Siguiendo con la utilización de las redes sociales, al cabo de unos días será necesario (para que el individuo se dé por aludido de una vez por todas), promover alguna iniciativa 2.0 para mejorar la comunicación y la conversación con los clientes. De esta forma estaremos creando un agravio comparativo del tipo: “señor clientes, queremos conversar con todos menos que contigo!”
Parafraseando ese chiste malo de Belén Esteban que comenta la candidatura de los Juegos Olímpicos del 2016: “me río de Janeiro”.
En del próximo capítulo, aprenderemos como llevar a un ataque de nervios a nuestro cliente, anulando su tarjeta de crédito.
Written by Marco Cimino
enero 19, 2010 at 7:17 pm
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SabadellAtlántico: crónica de la pérdida de un cliente (2º episodio)
23 de diciembre de 2009, empieza nuestra historia de cómo SabadellAtlántico es capaz de comprometer una relación de fidelidad de 19 años en una reunión de 1 hora y media en la cual supuestamente íbamos a firmar la subrogación de 2 hipotecas.
El mismo 23, a raíz de la publicación del post en el cual explico lo ocurrido, recibo a través de Twitter (la red social de microblogging) un mensaje de Xavier Marín, Comunity Manager de SabadellAtlántico, que me avisa que ha recibido la alerta (supongo a través de alguien que sigue mi perfil en Twitter, ya que el no me sigue y por lo tanto no recibe mis micro-posts) y que se pondrán en contacto conmigo a través del servicio de atención al cliente.
El mensaje genera una cierta expectación (en Twitter) ya que hace entrever la posibilidad de que toda la red Twitter asista a un ejercicio de gestión de la reputación por parte de la entidad.
A parte este mensaje y mis “tweets” reivindicativos, no se producen otros contactos (virtuales o “físicos”) hasta la mañana siguiente.
El director de mi oficina se puso en contacto conmigo el 24 por la mañana. En una conversación cordial y distendida me comentó que el director de zona le había autorizado el hacerse cargo del diferencial de los gastos de subrogación y del incremento de gastos de constitución de las hipotecas, ingresando en mi cuenta corriente la diferencia entre lo que habíamos pactado y lo que finalmente se me exigía para subrogar las hipotecas. Es decir, le había autorizado a mantener las condiciones que me habían prometido cuando empezamos las negociaciones.
Evidentemente contesté que no aceptaba la proposición. Mi argumento fue que no encontraba muy ético que el esfuerzo que debía hacer el banco para que yo retomara la confianza perdida se limitase a mantener las condiciones prometidas, es decir, se limitase en respetar la palabra inicialmente dada.
La conversación acabó sin más, el director tomó nota y me dijo que escalaría mi queja a su superior.
¿habrá tercer episodio?
Written by Marco Cimino
diciembre 28, 2009 at 1:18 am
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SabadellAtlantico me ha estafado!
Soy cliente de Banco Sabadell (actualmente SabadellAtlantico) desde hace aproximadamente 19 años. Mi empresa es cliente de Banco Sabadell desde la fecha de su creación, hace ahora 10 años.
Esta mañana Banco Sabadell ha sido capaz de destruir una relación de confianza construida en todo este tiempo en menos de 1 hora y media, sin más.
Por razones que prefiero no recordar, soy además cliente “forzoso” de Caixa Sabadell y con ellos tengo 2 hipotecas. Si, pertenezco a aquella afortunada “remesa” de ciudadanos que no tuvo bastante con 1 hipoteca y se lanzó a la piscina con una segunda. Pero esta es otra historia que ahora no viene al caso.
A finales de septiembre de este año, recibo un email del asesor comercial de la oficina de SabadellAtlantico que me comenta una fantástica oferta de subrogación de hipotecas a unas condiciones inmejorables, y me invita a comentarla personalmente.
Sin comisión, Euribor + 0,40, y además me devuelven un 3% del importe de los recibos domiciliados en la cuenta y me aplican un 20% de descuento en las pólizas de seguro que quiera (o me obliguen a) contractar. Todo esto a cambio de traer mi “suculenta” nomina.
Como la nomina ya la tengo domiciliada desde hace apenas 19 años, la primera pregunta es. ¿Y todo esto porqué hasta ahora no me lo has dado, querida y flamante asesora comercial? (que responde al nombre de Clara). Pero esta también es otra historia, muy penosa pero no vamos a arreglar el universo bancario en un mismo día!
Me siento con ella, negociamos las condiciones y analizamos los costes e impuestos que implicaría la operación. En total 0,5% del capital pendiente en concepto de gastos de subrogación a pagar a la antigua entidad bancaria y unos 2.600 € aproximados en gastos de notario, escritura, registro, tasación, gestoría, sellos, pitos, flautas y mandangas para la constitución de la nueva hipoteca. A cambio un ahorro de unos 350 euros mensuales en la cuota de la hipoteca. Me gusta! La compro!
En aquel momento la ilusión es máxima: puedo cerrar un episodio penoso de mi vida como cliente de Caixa Sabadell (la de las primeras hipotecas), ahorrarme unos euros, reducir la presión de la hipoteca sobre el balance familiar. Perfecto!!
A cambio el banco me pide copia de la escritura, copia de los últimos recibos y copia de todo lo que sea copiable para empezar a gestionar el expediente.
Al cabo de unos días, comentando en familia lo felices que íbamos a ser con 350€ mensuales de más en nuestra cuenta corriente, y repasando los papeles a presentar me doy cuenta que una de las 2 hipotecas no se llama así sino que se llama “crédito hipotecario”.
Comunico esta información a mi asesora comercial de SabadellAtlantico, que al cabo de unos días (y tras varios emails míos de reclamación de una respuesta) me contesta que el Centro Hipotecario de SabadellAtlantico ha confirmado que no hay ningún problema: han confirmado con el registro de la propiedad correspondiente que mi “crédito hipotecario” es subrogable a las mismas condiciones que una hipoteca normal.
Pasan los días y me doy cuenta que en ambos casos (hipoteca y crédito hipotecario) aparece en las condiciones de la escritura un gasto de cancelación del 1% del capital pendiente.
Vuelvo a comentarlo con mi asesora comercial, que tras otros tantos días de reclamación de respuesta me contesta que no hay ningún problema: existe una ley del 2003 que reduce al 0,5% los gastos máximos aplicables por una entidad en concepto de cancelación y subrogación de una hipoteca, independientemente de lo que ponga la escritura. (Estamos al 14/10, vaya pesado el cliente este debía pensar la flamante asesora comercial!)
El día 5 de noviembre me solicitan otra vez la copia de la escritura para formular la oferta vinculante y…. sorpresa: resulta que el crédito hipotecario no es subrogable! Solución: hay que cancelarlo y hacer una nueva hipoteca con un incremento de 900€ en las tasas y el incremento del 0,5 (0,5 + 0,5 = 1%) en los gastos de cancelación.
Evidentemente no estoy de acuerdo, el banco reconoce el error y me promete que estos incrementos irán a su cargo (evidentemente de palabra, por escrito no hay ni la fecha del día).
Esta mañana habíamos quedado para la firma delante notario en la oficina de SabadellAtlantico. Saliendo recojo en la antigua entidad bancaria un “certificado de saldo cero” con el cálculo del capital pendiente, intereses y gastos a liquidar para cerrar a fecha de hoy la hipoteca.
En el certificado, como no, aparece el 1% de gastos de cancelación para las 2 hipotecas… o sea otro 0,5% adicional respeto al cálculo inicial, resulta que la ley del 0,5% máximo es válida solo para hipotecas firmadas a partir del 2003, o sea que mi caso no aplica.
Intento resumir: nos sentamos con el director de la oficina para la firma y resulta que hay un incremento final de 4.300€ entre gastos, tasas, provisiones, pitos, flautas y mandangas varias que se suman a los 2.600 euros iniciales previstos. Pero no tengo por qué preocuparme ya que el banco (evidentemente de palabra, por escrito no hay nada) promete devolverme antes o después y de alguna manera el importe adicional, asumiendo que la negociación no ha sido de lo más encertado. Nada más: o lo tomas o lo dejas!
Evidentemente no acepto. Después de 1 hora y media de desagradable discusión, nos levantamos (mi señora y yo) y salimos de la oficina con la misma hipoteca que antes y sin la ilusión que SabadellAtlantico nos había vendido tres meses antes.
No tengo suficientes palabras para expresar mi estado de ánimo en este momento (y el de mi señora, está claro). Me siento estafado, engañado, maltratado, apedreado, avergonzado, insultado, violentado en mis derechos por un grupo de ineptos mediocres que han sido capaces de cometer un error tras otro en una misma operación, demostrando que lo único que les interesaba era venderme una hipoteca. Y que todos ellos esta noche volverán a casa convencidos de que han hecho todo lo posible para arreglar una situación complicada con un cliente exigente.
No, por dios ..NO!
¿Donde está la transparencia, la ética, el compromiso, el reconocimiento a la fidelidad de un cliente o simplemente donde está el trabajo bien hecho?
Esta tarde he solicitado a SabadellAtlantico la devolución de los 700€ de gastos que mientras tanto he anticipado (intervención notarial, tasación y gestoría) para el expediente y la cancelación de mi cuenta corriente.
Written by Marco Cimino
diciembre 23, 2009 at 8:28 pm
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