Reflexiones 2.0 (Enterprise y Personales) de Marco Cimino

un momento de pausa entre la presión de cada día….

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Storytelling: el arte de contar cuentos

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El hombre, desde su creación, ha tenido la necesidad de comunicarse y relacionarse con los demás individuos de su entorno, y la formula, el medio que desde siempre ha sido el más eficaz es “el cuento”, la historia.

A través de los cuentos hemos transmitido nuestra cultura entre padres e hijos, los cuentos nos han permitido dar una explicación a lo inexplicable, es a través de los cuentos que desde siempre hemos sabido implicar a nivel emocional a nuestra audiencia.

Los cuentos son poderosos, llegan a lo más profundo de nuestra  conciencia y más allá, son capaces de hablar a nuestro inconsciente y fijar en nuestra memoria recuerdos que nunca hemos vivido en primera persona. La fuerza de los cuentos es inmensurable.

También recurrimos a los cuentos cuando tenemos la necesidad de transmitir un concepto, una idea, utilizando metáforas para que nuestro interlocutor entienda, sin equivocación alguna, lo que queremos decir. Lo que queremos decir a su mente y a su inconsciente.

«Storytelling» es el arte de contar historias con un fin comercial, político, moral, religioso.  El «storytelling» es un medio de comunicación muy eficaz, porque no pretende modificar las convicciones de la gente, sino que busca hacerla partícipe de una historia apasionante, de una gran novela, con el objetivo de pasar de la opinión pública a la emoción pública.

Os voy a explicar un cuento, un cuento de amor y desamor entre dos adolescentes. Un cuento como muchos, pero que tiene un significado especial para los que lo vivieron y que a través del cuento podemos llegar a hacer revivir las mismas emociones en nuestros oyentes, trayéndonos a nuestra memoria historias similares que hayamos vivido en primera persona.

Se amaron de una forma especial. Todo lo que marca una etapa en la vida de las personas es especial; así lo fue para ellos.

La adolescencia es la etapa de la vida en la cual descubrimos grandes cosas, grandes verdades, y lo hacemos de una forma absoluta, pasional, totalmente entregados. En la adolescencia vivimos nuestras emociones como si fueran cuestión de vida o muerte, sin medias tintas, todo es blanco o negro, y en la adolescencia muchas veces no tenemos la suficiente experiencia que nos permite ser transigentes con nosotros mismos y buscar el equilibrio entre el blanco y el negro en nuestro propio beneficio.

En la adolescencia tomamos grandes decisiones. Decisiones que condicionarán nuestra vida, que nos llevarán a sitios lejanos.

En la adolescencia cometemos grandes errores. Es parte de  nuestra preparación a la vida adulta y cuando crecemos  nos damos cuenta que no todo era tan absoluto, tan blanco o tan negro.

Ellos se amaron de una forma especial. Tan especial que aún ahora en sus recuerdos de vez en cuando aparecen aquellas imágenes.

La misma pasión que les había unido les llevó a separarse. Una separación tan intensa como la historia que vivieron juntos.

Un día, pasado algún tiempo, el paseaba por la plaza del pueblo. Ella llegaba con su coche rojo. Sin bajar del coche, desde la ventanilla ella le saludó. ¿Cómo estás? – Le dijo – ¿cómo va todo?, si quieres quedamos para tomar un café.

El respondió a esas preguntas como si estuviese leyendo un guión escrito por otro. Distante, frío.

Hubiera querido cogerle la mano, mirarle a los ojos y decirle el amor que sentía por ella, abrazarla, expresarle sus sentimientos.

Pero el  dolor, ese mismo dolor que le provocaba la separación era lo que le impedía expresar sus verdaderos sentimientos. Ese dolor era tan poderoso que tampoco le dejó escuchar lo que realmente ella le estaba diciendo. Detrás de esas palabras, detrás de ese ¿cómo estás? había deseo, amor, esperanza, vergüenza, súplica. Pero el no supo escuchar. Solo sentía dolor, un dolor tan intenso que era capaz de cubrir sus palabras.

Ella se fue y sus vidas se separaron. Definitivamente.

En la adolescencia se toman grandes decisiones; decisiones que pueden condicionar nuestra vida.

Written by Marco Cimino

junio 18, 2010 at 9:07 am

Peligro, comida o sexo?

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Mientras nuestro consciente nos ayuda a tomar decisiones aplicando mecanismos “razonables”, nuestro subconsciente (o nuestro cerebro primitivo) condiciona en todo momento nuestras elecciones sin pedirnos permiso.

De hecho, cuando las distintas alternativas llegan a nuestro cerebro “nuevo”, ya has sido “enriquecidas” de la información necesaria para condicionar la decisión final por nuestro cerebro más profundo, que en todo momento elabora la información que recibimos para detectar situaciones de posible peligro, comida (entendida como alimentación y por lo tanto supervivencia) o sexo (procreación).

Aunque el hombre haya evolucionando y ha destacado con respeto a los demás “animales” (o no?) es curioso darse cuenta de la importancia que estos “instintos primarios” tienen sobre las decisiones que tomamos en lo cotidiano.

“Haz click aquí”, de Susan M. Weinschenk, nos acerca de una forma muy clara y “llana” a los mecanismos que condicionan nuestro proceso de toma de decisiones, aplicando los principios del neuromarketing al diseño de páginas web.

En un viaje a través de nuestro subconsciente, nos ayuda a entender cómo utilizar nuestro deseo de pertenencia a un colectivo, cómo crear mecanismos de vinculación o sentimientos de “deuda”, incluso cómo  aprovechar nuestra tendencia a confiar de las personas que se parecen a nosotros o cómo utilizar nuestro miedo a perder para inducirnos a comprar un producto más caro.

Uso adecuado de imágenes, capacidad de explicar historias, dosificar la oferta para simplificar el proceso de decisión y demás técnicas que nos ayudan a crear una web capaz de capturar la atención del posible comprador, convirtiendo en compra el mayor número de visitas. El sueño de cualquier empresa!

Si quieres descubrir más de cerca los secretos del neuromarketing, no te pierdas el próximo The Monday Reading Club de Barcelona. Lunes 7 de junio en la librería Excellence de Barcelona.

Utilizando algo de neuromarketing solo me queda por decir que te contaremos una historia muy interesante, apúntate ya para no perder la oportunidad de participar ya que las plazas son limitadas!! 🙂

Written by Marco Cimino

mayo 24, 2010 at 11:06 am

Serendipity

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Este post es un «meme«, lanzado por Eva Snijders, que nació de una distendida comida/tertulia que tuvimos el privilegio de disfrutar hace unos días y que empieza así:

Dedico este post a Trina Milan, Jaime Valverde, Marco Cimino, Ricard Castellet: compañeros de twitter, de gourmet y de conversaciones enriquecedoras. También se lo dedico a mi socio y compañero de viaje Montecarlo que aunque ayer no pudo compartir nuestra mesa, comparte todo lo demás. A todos ellos les invito con mucho cariño a seguir este meme que hoy empiezo. (leer más)

Como justamente apuntaba Ricard en uno de sus comentarios en twitter, con esta comida (slowfood?) hemos empezado algo muy bonito, yo añadiría algo casi mágico. Llamadme romántico (o si os gusta más, friky) pero estoy convencido que existen distintos niveles de comunicación entre las personas, y el nivel de comunicación genera lazos emocionales que condicionan nuestras vidas.

Por un lado existe un nivel de comunicación verbal; las personas hablan, escuchan, ríen, comunican y transmiten utilizando la palabra e incluso los gestos.

Por otro lado existe otro nivel de comunicación, que definiría químico. Por algún mecanismo que desconozco algunas personas (o mejor dicho, algunas combinaciones de personas y en algún momento concreto) son capaces de comunicar más allá de la palabra y los gestos, como si en el proceso de construcción de la palabra nuestro cerebro fuese capaz de relevar el pensamiento de nuestro interlocutor y continuarlo de manera natural. Como si los cerebros de las personas quedasen de golpe conectados y llevasen la conversación en una misma dirección. La dirección hacia la cual hubiese ido cada uno de nosotros de forma natural, como si se tratase de un cuento ya escrito que los presentes se limitasen a interpretar de forma inconsciente.

En la slow-comida de hace unos días, 5 personas descubrieron que les une mucho más que unos cuantos twitteos. Las miradas, los gestos, las palabras se acompañaron de una sensación de comodidad y complicidad que no pueden ser fruto de la casualidad. No puede ser casualidad que 5 personas que se conocieron a través de una red social como twitter (2 de las cuales han acabado trabajando en la misma empresa) acaben en la misma mesa y en el mismo cuento, como personajes de una historia ya escrita.

No fue casual que nos juntásemos los 5 en esa mesa, tampoco que Jaime estuviese en Barcelona ese día, ni que unos días antes Jaime y yo publicásemos un post que hablaba de lo mismo con un título muy similar, ni que volví a ver después de muchos años a Ricard en un Cava&Twitts y que en el mismo Cava&Twitts conocí a Trina. Serendipia?

La serendipia es realmente casual o bien es la somatización de nuestra voluntad de que sucedan las cosas? Podemos condicionar nuestro entorno con nuestras emociones y nuestra voluntad? Comparto con Trina la idea de que las cosas suceden porqué nosotros tenemos predisposición a ello. Y si lo analizamos al revés seguramente todos estaréis de acuerdo conmigo: Si no crees firmemente en algo, seguramente no lo podrás conseguir!


Written by Marco Cimino

febrero 22, 2010 at 10:16 am

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