Confieso: yo también voté Berlusconi
Todo empezó con «manos limpias«, la operación (tangentopoli o mani pulite) que el fiscal Di Pietro llevó con tanta precisión y eficacia a principios de los 90. Todo empezó con un dirigente del Partido Socialista, para luego llegar a algunos industriales del norte de Italia. La trama se fué expandiendo, se investigaron a millares de personas, incluido parlamentarios en activo. Las acusaciones en algunos casos fueron incluso consideradas excesivas al producirse algunos suicidios, como el de los empresarios Raul Gardini y Gabriele Cagliari que conmocionaron aún más al país.
Políticamente aquella «limpieza» casi no afectó a las elecciones generales del 92; de hecho en aquel entonces nadie podía imaginar hasta donde llegaría la corrupción de la clase política italiana.
Aún así la «Democrazia Cristiana«, el partido de centro que había gobernado Italia en los últimos 40 años, perdió 5 puntos en las elecciones del 92.Ganaron votos, en cambio, nuevos partidos como la Liga Norte.
Las proporciones del escándalo «manos limpias» en 1993 provocaron que se formara un gobierno de transición liderado por Carlo Azeglio Ciampi encargado de redactar una nueva ley electoral mayoritaria que sustituyera a la proporcional. Así se llegó a las elecciones generales del 1994 que supusieron la práctica desaparición de los partidos tradicionales que ya antes habían empezado a desintegrarse o incluso ya habían desaparecido como los democristianos. Las nuevas elecciones supusieron la aparición de nuevos partidos como Forza Italia y de la nueva política de bloques, obligada por la ley electoral mayoritaria que primaba al candidato sobre los partidos políticos.
En aquella época Silvio Berlusconi, líder del partido Forza Italia, posiblemente representaba todo aquello que una parte de la sociedad necesitaba, después de 40 años de gobierno falso y corrupto pero estable.
En toda aquella corrupción que había llegado a desintegrar 40 años de historia política, Silvio era un nombre nuevo. Licenciado en derecho, empresario de éxito, multimillonario. Silvio era el sueño de la clase media italiana de aquel momento, de aquellos que durante 40 años habían votado Democrazia Cristiana: asalariados de rango medio alto o pequeños emprendedores con cierta posición económica, no demasiado implicados en la política y mucho más preocupados (sobre todo los jóvenes) para preparar su propia carrera profesional (a pesar de la crisis política).
Silvio era el héroe, el hombre que había sido capaz de crear un imperio con absoluta honestidad (eso era lo que se pensaba en aquel momento), el exitoso hombre de negocios que controlaba los medios de comunicación privados y que tenía el coraje de llamar a las cosas por su nombre.
Muchos votaros a Silvio (yo también). Quizás porque era la única opción posible o quizás porqué nos dejamos fascinar por «el sueño»: poder económico, posición social, bienestar… si aquel hombre había sido capaz de crear un imperio, como no iba a ser capaz de arreglar el país!
Han pasado 15 años y hoy Silvio representa todo lo que no debería ser un primer ministro: arrogancia, soberbia, egoísmo, mala educación. Una imagen «garrula» y absolutamente lamentable de una persona que, sin discurso político, está primando sus intereses personales por encima de los intereses de un país y de sus obligaciones como gobernante.
Berlusconi me hace reflexionar sobre 2 temas: todo lo que no hay que hacer en política (y en la vida en general) y la total y absoluta falta de una clase política en Italia que en 15 años haya sido capaz de crear algo más sólido que el programa del Silvio.
Written by Marco Cimino
diciembre 9, 2009 a 3:13 am
Publicado en 1 desde Barcelona, Politica
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8 respuestas
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A mí me hace reflexionar sobre otro tema, común a todos los paises y sociedades del mundo mundial interestelar: porqué ostias queremos a dirigentes que se parezcan a nosotros o en los que nosotros podamos proyectarnos?
Porque no queremos dirigentes (y empezamos a exigirlos) que sean mucho mejores que nosotros? No una réplica en molón de lo que nosotros querríamos ser y tener (con sus trajes y sus relojes y sus chatis), sino alguien con cualidades y actitudes que nosotros no tenemos. Con conocimientos reales de cosas que no sepamos, y mira tú que si son un poquito bordes o un poquito secos, mala suerte, no?
Cuando esto pase se extinguiran una subespecie de asesores populistas, y nacerán subespecies de asesores con conciencia social, con conocimientos y criterios y se abrirán debates reales sobre acciones prácticas, no sólo decisiones políticas o politizables que puedan ser vendibles y que enmascaran todas las demás.
Lo que está claro es que algo tiene que pasar a nivel ciudadano para que cambie esta forma de hacer política. Y no, no creo que el cambio sea Obama y la política 2.0. Es como el post que escribiste sobre el software social: estan las herramientas, pero hasta que no haya confianza no será posible. Confianza entre políticos (del mismo y otros partidos), confianza entre ciudadanos y confianza entre ciudadanos y políticos.
En España pasó lo mismo… A ver qué pasa ahora. A ver si empezamos a votar a conciencia, y no por descarte del menos malo, el menos jeta… Pero está la cosa mú mala pá eso…
Igual soy muy happy, pero creo que vendran tiempos mejores…
Grcs!!
Tona Pou
diciembre 9, 2009 at 10:17 am
Tengo la solución!!! tenemos que adoptar a suecos, finlandeses, daneses y noruegos para que nos hagan de políticos en toda la franja mediterranea a cambio de sol, sangría y paellas, no solo cambiará la confianza para con nuestros politicos (nórdicos por supuesto), sino que seguramente, la educación, la economia, el empleo, la conciliación familiar, y un larguíiiiiiiissimo etcétera empezará por fin a funcionar, otro punto a favor es que como la gran mayoría de los españoles no habla inglés, no tendremos ningun tipo de frustración por no entender los «mensajes» de nuestros políticos (nordicos por supuesto!)
Eh? ¿Ho haveu vist???? La mare que nes va pa…ir!!!!!
Salut
Ricard
Ricard
diciembre 10, 2009 at 2:13 pm
Buena propuesta,
la propondré en el próximo pleno del consejo de la República Independiente de mi Casa!!
Salut
Marco Cimino
diciembre 10, 2009 at 2:32 pm
Casualidad? Ayer algún italiano descontento le pegó un puñetazo a Silvio!!!! Marco ¿ tú no fuiste verdad?
Ricard
Ricard
diciembre 14, 2009 at 10:12 am
en el momento exacto en que le dieron el puñetazo, tu estabas conmigo.. querido Ricard.
o sea que más vale que yo no fuera…sino tu también entrarías en el pack 🙂
Marco Cimino
diciembre 14, 2009 at 10:14 am
Dicen los periodicos que le rompieron un par de dientes!!!! (ke heavy!!!)
Al tio del puñetazo se le va a caer el pelo!
Ricard
diciembre 14, 2009 at 11:34 am
Genial resumen Marco.
Me recuerda aquello de «cuando los sueños se convierten en pesadillas…»
Aunque igual lo de adoptaunnordic.org no es mala idea 😉
Armando
Armando Liussi Depaoli
diciembre 15, 2009 at 11:06 am
Gracias Armando,
sinceramente creo que «il Cavaliere» ya no emociona a nadie. su éxito politico es debido a la falta de una alternativa creible, con lo que le quedan 2 telediarios…
el problema de fondo es que todavía no una dicha alternativa; seguimos viviendo un sistema político cáduco y sin ninguna credibilidad…
mucho por hacer.. quizás adoptaunnordic.org sea la solución.
gracias por pasarte por aquí!
Marco Cimino
diciembre 15, 2009 at 11:45 am